Me llamo Marta Arranz Francisco y vivo en la localidad de Colmenar Viejo en la comunidad de Madrid. Mi conocimiento del trabajo que desarrollan en la asociación VIHDA me llegó a través de Virginia Saiz, la inseparable prima y amiga de mi infancia y a quién admiro por su labor que realiza en la asociación. A través de ella, empiezo a conocer a Victorio Torres, director y fundador de VIHDA, también colmenareño de nacimiento.
Por ellos y por muchas personas involucradas en este proyecto empiezo a darme cuenta de la realidad de la vida en Kenya, concretamente en el condado de Maragua, donde Victorio empieza a dar VIHDA a un sin fin de proyectos…..ayuda para evitar el contagio de sida madre-hijo, ayuda en la creación de hospitales y formación de los profesionales que trabajan en ellos, ayuda en la creación de depósitos y fuentes de agua en colegios para reducir infecciones y evitando a los niños trayectos infinitos para poder llevar agua a sus casas, ayuda a familias que no tienen absolutamente nada y en general ayuda a que la gente pueda vivir dignamente dentro del contexto que supone Kenya. Precisamente es dentro de este contexto donde aparece un nuevo reto y es ofrecer ayuda a la comunidad de personas albinas. Para lo cual Victorio ofrece de nuevo VIHDA a un colectivo marginado por su color de piel, repudiados por sus propias familias a veces y perseguidos por asesinos que les amputan salvajemente parte de sus miembros a cambio de dinero pues se tiene la creencia que les aportará fortuna y suerte.
Así me he podido dar cuenta que gracias a Victorio y a muchas personas que le apoyan, todos estos proyectos siguen vivos y dando resultados reales y positivos.
Victorio Torres, como persona y padre de familia y como impulsor de VIHDA es un ejemplo de esfuerzo y dedicación CONSTANTE a los demás y a quién respeto profundamente, no sólo por su labor solidaria sino por todo lo que he aprendido de él. En una palabra Victorio Torres es AMOR A LA VIHDA.
Marta Arranz y Virginia Saiz. Mercadillo solidario VIHDA 2013.